Must be hard, remember that.

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jueves, 18 de agosto de 2011

-Así, sin darme cuenta.

Lo entendí. Que por el hecho de que tú ya no estés el mundo no deja de girar. Ni La Tierra, ni Venus, ni Marte, ni el Sol dejará su órbita ni nada por el estilo. Ni el café dejará de ser café, ni la gente dejará de echarle azúcar a las cosas para endulzarlas. No por ello, me dejarán de gustar los domingos de cada semana, ni dejaré de sonreír. Habrán días en los que sí que crea que el mundo se me viene encima y entran ganas de decirle que se pare. Pero como no puedo hacerlo, me he acostumbrado a su ritmo y sigo. Que por el simple hecho de que tú no estés, yo no voy a ser menos feliz, ni voy a dejar de serlo. No voy a morirme ni voy a cerrarle las puertas al amor ni ninguna gilipollez de esas. Le he encontrado el lado bueno a eso de que tú ya no estés y no sean tus brazos, ¿sabes? Ahora hay alguien. Alguien que me pasa el brazo por el hombro cuando vamos por la calle y me agarra la mano. Alguien que quiere enseñarme a hacer cosas nuevas. Alguien que quiere verme sonreír. Alguien que me acompaña a casa después de clases, sí, como tú, ¿Pero quieres saber la diferencia entre él y tú?, que él no es un mierda y tú, sí.

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