-Incluso al borde de un acantilado, si tú caes, yo voy contigo.

Y si alguna vez, por alguna extraña razón, yo no estoy ahí contigo, recuerda que eres la persona a la que más he querido.

-Y si por alguna extraña razón, resulta que en busca de la felicidad, búsqueada a la que iremos juntos, agarrados de la mano, porque mi felicidad siempre será incompleta si tú no estás. Nos extraviamos haciendo cualquier tipo de gilipollez, y llegamos al borde de un acantilado, alguno de los dos tendrá que caer, y yo pienso hacer que parezca un accidente.
+Amor, sólamente hay un problema en todo ésto. Y es que a mí me da igual si fuese un accidente o no. Si alguno de los dos tuviera que caerse, elegiría ser yo. Porque no soportaría ver cómo te pierdes en ese inmenso vacío.
-Yo no quiero ver cómo lo haces tú.
+¿Entonces?, ¿Por qué tenemos que acabar al borde de un acantilado?, además, tampoco importaría, estaría contigo y ahí estaría mi verdadera felicidad.